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Oración a Isis


Salve Isis, Diosa alada,
la de los lisos cabellos,
la del sistro de plata,
la de sublimes secretos,
la de la clara mirada.

Loto de tez de názora,
tu aroma se va esparciendo,
cual amorosa dádiva,
en los hondos silencios
de tu estanque de nácar.

Naja de luz que canta,
Cobra que se alza al cielo
al son de sistro y de flauta,
de siete flores cerradas
abriendo cada pétalo.

Belleza Inmaculada,
Señora oculta tras velos,
Majestad entronizada
en el Sagrario del Alma,
Fuerza ignota en cada pecho.

Del Nilo soberana,
Madre de Horus fraterno,
Ductriz, turquesa Esperanza,
Cáliz que invita a beberlo
y aliviar la sed del Alma.

Ra se va despidiendo…
Grata luz de vos dimana,
¡oh, Venusino Lucero!,
de Tebas, ciudad sagrada,
entre columnas de un templo.

¡Cuán conmovedora estampa!:
Una rodilla en el suelo,
Ave femenil y preciada,
vuestros brazos extendiendo,
desplegando, que son alas.

Isis, Diana, Aradia…,
comoquiera que os nombremos,
aunque tu Amor no merezco,
esta noche constelada
te invoco y te requiero.

Dolor de arrepentimiento
que anuncia tu llegada;
sentir el Amor que irradias;
morir y nacer a un tiempo
besando tus manos blancas.



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