Blogia

Los cultos clásicos y la diosa Artemisa

 

Introducción

En Roma se llamaba Diana y era hija de Zeus y de Leto, hermana gemela de Apolo, y nacida la primera de los dos. Tiene caracter lunar, es la diosa de la luz pura y fria del astro de la noche, casta y virgen que jamás gozó de las dulzuras del himeneo e implacable con las ninfas de su séquito que lo hacían. Diosa compleja, fue el resultado de la fusión de diferentes divinidades de su mismo nombre pero con funciones muy diversas; de aquí sus multiples atribuciones.

Era ante todo diosa de la caza, a la que los cazadores invocaban antes de partir, y cuyas reglas, como la de no matar los animales jovenes que le estaban consagrados, debían ser respetadas por todos. También era diosa de la música, tenía el poder de dar oráculos, era diosa curadora y alejadora de males, divinidad maritima, protectora de las ciudades y de sus puertas, diosa de los mercaderes, caminantes, viajeros y oradores, protectora de la agricultura y de la cría de animales domésticos, su victima preferida para los sacrificios era la cabra.
Por útlimo, era también la diosa que fertilizaba la tierra y presidía la vida vegetativa, se le rendía culto a veces como protectora de las uniones matrimoniales y protectora de las madres de numerosa prole.

El culto de Artemisa en Asia Menor fue muy sangriento. El centro principal de este culto fue Efesos, donde tenía un caracter distinto, como nodriza universal de todos los seres animales y vegetales y donde su culto incluía sacrificios humanos.

Nombre y epítetos
Nombre griego: Artemisa 
Nombre romano: Diana 
Epítetos: cazadora, la de flechas de oro, diseminadora de dardos.

Linaje e identidad
Hija de Leto y Zeus; hermana de Apolo. Es la diosa protectora de las vírgenes.

Figura y atributos 
Diosa de la caza, la castidad y de la luna
Figura: Se la representaba bajo los rasgos de una cazadora joven, acompañada de un perro o de una cierva, como vestido un chitón dórico solo hasta las rodillas, cuyos pliegues se recogían por debajo del pecho.

Atributos: Sus atributos son el arco, el carcaj, flechas, y la Luna creciente. Sus animales son el ciervo, por Acteón, y los perros de caza. Suele ir acompañada de Acteón, Calisto o las ninfas.Una representación artística conocida es El baño de Diana , de Boucher.

Campos de protección
Es la diosa virgen. Protectora de la castidad y de la caza.

Lugares de Culto
Se le rinde culto en Delos.

Actuaciones míticas relevantes

Nacimiento
Nació en la isla de Delos junto a su hermano gemelo Apolo, al que ayudó a nacer por ser Artemisa la primogénita, por lo que también se la considera patrona de los partos. Artemisa está íntimamente ligada a los mitos que se refieren a Apolo.

Actuaciones míticas relevantes

Gigantomaquia

Ártemis tomó parte en el combate contra los Gigantes. Derribó, con ayuda de Heracles, el gigante Gratión. También causó la pérdida de otros dos monstruos, los Alóadas y el Búfago, devorador de bueyes, en Arcadia.

Níobe

Níobe, hija de Tántalo, rey de Lidia, tomó por esposo a Anfión, rey de Tebas, del cual tuvo catorce hijos y todos ellos respondieron a los cuidados que esta madre afanosa había desplegado en su educación. Sus hijos eran gallardos, ágiles y vigorosos; sus hijas poseían todas las virtudes propias de su sexo y su alcurnia. Níobe podía llamarse la más dichosa de las madres. Entregada por completo a los deberes domésticos, descuidaba casi por completo el culto a los dioses de la patria. Sobre todo Leto, madre de Apolo y Artemis, por tener solamente dos hijos no le causaba sino indiferencia y a veces la hacía objeto de burlas; y mientras que el pueblo acudía en masa al templo de Apolo, Níobe, acompañada de su brillante familia se paseaba por toda la ciudad montada en un carro como si quisiera desafiar a la divinidad tebana y arrebatarle el incienso que sólo a ella debían los mortales. Ofendida Leto por tanto orgullo, invocó a sus hijos y les rogó que la vengaran; el cruel anhelo de la diosa no tardó en cumplirse. 
Un día Apolo vió a los hijos de Níobe, que en los campos contiguos a Tebas se ejercitaban en la lucha y la carrera, y disparó contra ellos sus mortíferas flechas de oro. Al enterarse de la espantosa noticia, las hermanas de los príncipes corrieron desoladas hacia las murallas y en ese mismo instante cayeron mortalmente heridas por las flechas de Artemis. Níobe, destrozada por el dolor, se arrastra hasta el lugar de tan horrendos acontecimientos y, sentándose junto a los cadáveres de sus hijos, permanece inmóvil sin dar señal alguna de vida, hasta metamorfosearse en peñasco. Un torbellino de viento la transporta a Lidia, hasta lo más alto del monte Sipilo, y desde entonces manan de esta roca dos fuentes de agua viva.

Orión

Entre las víctimas de Ártemis cabe destacar Orión, el cazador gigante. El motivo que le impulsó a matarlo difiere según las tradiciones: o bien Orión incurrió en la ira de la diosa por haberla desafiado a lanzar el disco, o por haber tratado de raptar a una de sus compañeras, Opis, que había mandado venir del país de los Hiperbóreos, o bien Orión había tratado de violar a la propia Ártemis, por lo cual ella le envió un escorpión que con su picadura lo mató.

Calisto

La ninfa Calisto, seguidora de Artemisa, fue seducida por Zeus y cuando la diosa descubrió que estaba encinta, la transformó en osa y lanzó su jauría tras ella.

Acteón

Artemisa, tras un día de caza, aprovechó para tomar un baño. Las diosas eran muy celosas de su intimidad y no podían ser vistas en su desnudez por ningún mortal so pena de arrostrar el castigo correspondiente.
Acteón, un joven de la familia real de Tebas, educado por el centauro Quirón, practicando un día en el monte Citerón su actividad favorita, la caza, encaminó involuntariamente sus pasos hasta el lugar donde la diosa y sus ninfas tomaban un baño. El joven no se retiró sino que se quedó contemplando la escena con sus mortales ojos, extasiado ante la visión de la belleza de la diosa.
Artemisa, irritada al sentirse observada, lo castiga duramente: lo convierte en un ciervo y excita contra él a los perros que integraban su jauría. Acteón conserva su consciencia humana e intenta hablar con los perros que no lo reconocen y se abalanzan sobre él, desoyendo los sonidos lastimeros que el ciervo emitía en su deseo de que lo reconocieran. Luego buscan desesperados a su amo por todo el bosque hasta llegar a la cueva donde habitaba Quirón quien, para consolarlos, modeló una estatua a imagen de Acteón y se la mostró.

Eneo

Por haberse olvidado Eneo de sacrificar a Artemisa cuando ofrendaba a todos los dioses las primicias de sus cosechas, la diosa envió contra su país un jabalí enorme.

Heracles

Uno de los trabajos de Heracles narra cómo el héroe había recibido de Euristeo la orden de traerle el ciervo de cuernos de oro consagrado a Artemisa. Heracles, que no quería herir ni matar al sagrado animal, lo persiguió durante todo un año, pero luego, cansado, lo mató. Inmediatamente aparecieron Artemisa y Apolo para pedirle cuentas, y el héroe logró apaciguarles cargando a Euristeo la responsabilidad de aquella persecución.

Ifigenia

La cólera de la diosa también la recibió la familia de Ifigenia. Ya venía de lejos, pero fue renovada por unas palabras imprudentes de Agamenón, quien, habiendo cazado un ciervo, exclamó: "¡Ni la propia Artemisa podría haberlo matado así!". La diosa envió entonces una bonanza que inmovilizó toda la flota, y Tiresias, el adivino, reveló la causa del contratiempo y el único remedio, inmolar Ifigenia a Ártemis, la hija doncella del rey. Pero Artemisa no aceptó el sacrificio.

Hipólito

Hipólito es un joven que repudia el amor, vive dedicado a la caza y a Artemisa, sin embargo, suscita una gran pasión en su madrastra, Fedra, provocada por Afrodita. Hipólito, gracias a que lo dice una criada, se entera del amor de su madrastra hacia él y se muestra insultante con ella. Fedra, rechazada, se ahorca, pero antes de morir escribirá que Hipólito ha deshonrado a su padre, Teseo, manteniendo relaciones con ella. Teseo, enfurecido, no cree las explicaciones de su hijo y lo echa de casa, entonces Hipólito cae bajo las ruedas del carro que lo llevaba y queda gravemente herido. Aparece la diosa Artemisa, que le cuenta a Teseo la verdad. Llevan a Hipólito a su hogar y muere a brazos de su padre.

 

0 comentarios