Blogia

La mujer bUfalo blanco

Existen muchas versiones de un antiguo mito indio que narra el origen de las ceremonias lakotas.

Cuenta la leyenda que hace muchos años, una tribu de indígenas lakotas pasaban por una hambruna. La tribu se reunió en círculo y decidió mandar a dos jóvenes exploradores a investigar si encontraban una manada de búfalos. Caminaron muchos kilómetros por las montañas de Dakota del Sur y cuando ya estaban cansados de buscar vieron que por el Oeste algo se movía pensando que podía ser un búfalo, mas al acercarse, éste se transformó en una hermosa mujer bellamente ataviada con un vestido de ante blanco.

Como suele suceder con la naturaleza humana, uno de los jóvenes se dejo llevar por sus instintos eróticos y quiso poseer a la mujer, el otro le advirtió que desechara esos pensamientos pues intuía que era una mujer sagrada enviada por el Espíritu. Al darse ella cuenta de esto, atrajo hacia sí al joven que la deseaba envolviéndole en una nube de polvo y al desaparecer la nube sólo quedaba en el suelo un esqueleto lleno de serpientes.




Mujer Cría de Búfalo Blanco habló:

"El hombre que, antes que nada, considera la belleza externa de una mujer, nunca advertirá su belleza interior, pues sus ojos están cegados por el polvo. Sin embargo, quien ve en ella el espíritu y contempla primeramente la belleza del espíritu y de la verdad, conocerá a la diosa en esa mujer; y si ella decidiera yacer con él, ese hombre participará en el goce con mayor profundidad que el primero.
"Tú, al mirarme, no te dejaste cegar por mi belleza; por el contrario, tus primeros pensamientos fueron: ¿Quién es esa hermosa mujer? ¿Qué es lo que confiere a su semblante tanto brillo bajo el sol de la tarde? ¿De qué tierra proviene? ¿Qué noticias nos trae?
"Por eso amigo, no tengas miedo; también obtendrás lo que deseas.
"Tu compañero y tú simbolizáis los dos caminos que pueden elegir los hombres de una tribu. Si buscáis primero la sagrada visión del Gran Espíritu, vereís lo que ven los dioses y descubriréis así que viene a vuestras manos todo cuando de la tierra necesitáis. Sin embargo, si vuestra primera preocupación es aseguraros de satisfacer los apetitos terrenos y olvidáis el espíritu, morirá vuestro interior.
"En épocas sagradas, la mayoría de los hombres elegían el mismo camino que tú; pero ahora hay muchos que siguen el camino de tu hermano caído. Lo que viste en la nube de polvo era una vida acelerada; tu hermano vivió muchos años en aquellos momentos en que tú solo viste un remolino. No sufrió tanto como imaginas. Vivió una vida que muchos, en esta era de olvido, llamarían "plena". Pero estaba dominado por las pasiones y al final, su cuerpo volvió al polvo, pues polvo eran todos sus pensamientos. No sólo había olvidado al Gran Espíritu, sino también su propio espíritu. No aportó nada significativo ni a mí, ni a la mujer, ni a los pueblos de la llanura".

Entonces el joven cazador le preguntó quién era ella.

Con los ojos negros como pozos nocturnos entre las estrellas, lo miró fijamente, como si sólo con su mirada le diera la respuesta.

"-Soy el Espíritu de la Verdad,- replicó por último-. Tu pueblo me conoce como la Madre de los Antiguos, pero ya ves que soy joven para que me den ese nombre. Mi edad no es superior a la de la yerba que se mece al viento, ni a la de las flores que adornan la pradera. Soy la madre que vive dentro de cada madre, la niña que juega con cada una de vuestras hermanas. Soy el rostro olvidado del Gran Espíritu. He venido a hablar de las naciones de la llanura. Ve delante de mí a tu pueblo. Di a tu jefe que prepare un generoso tipi que albergue a todas las personas de tu campamento. Yo iré en breve. Os enseñaré algunas cosas, cosas sagradas que tu tribu ha olvidado."

Efectivamente se dice que así fue la aparición de la mujer Búfalo Blanco, en una época en que la nación lakota estaba perdiendo sus valores espirituales o en el punto en que ya era necesario un paso evolutivo. Es así como las serpientes que roen el esqueleto del joven representan al ser humano devorado por sus propias pasiones.

La historia continúa y la mujer Cría de Búfalo pide al joven que regrese a su pueblo y le diga a su jefe Hehloghecha Najin, Cuerno Hueco de Pie, que prepare un tipi ceremonial, porque en la próxima luna se acercaría para entregarles un regalo del Gran Espíritu Wakan Tanka. Aquí también es interesante señalar el nombre del jefe ya que éste también representa el estado en que se encontraban las llanuras indias en aquel entonces olvidándose del espíritu y teniendo una vaciedad en el alma enfrentándose en continuas bravatas. El tipi que es la tienda cónica cubierta por pieles de bisontes y sujeta por varas usada por los indios como casa. Se transforma en ceremonial al agrandar su tamaño y construirla con 28 varas, una de ellas es la "clave" que aguanta todas las demás, y esta vara, dicen los sabios, representa el Gran Espíritu que sostiene al universo, que es representado por el conjunto de la tienda.


"Cuerno Hueco de Pie no era irreflexivo ni malvado , por lo que tras escuchar el relato del joven, se puso a trabajar junto con sus hombres, y entre todos montaron un gran tipi de muchas pieles para que pudieran reunirse los miembros del campamento, no estaba dispuesto a permitir que sus pueblos se distrajeran de las enseñanzas, de quien, como sospechaba podría ser la madre de las estrellas.
"Cuando aquellas gentes vieron a Mujer Cría de Búfalo Blanco acercándose a ellas a través de la pradera, quedaron asombrados. Esperaban que fuera anciana; sin embargo, parecía una doncella, graciosa como la hierba que ondeaba a su alrededor a la luz del crepúsculo. Su rostro resplandecía con un brillo que recordaba las flores silvestres, los berros y las más finas de las hierbas.

"Mientras ella se adentraba en el centro del pueblo, a más de un guerrero se le ocurrió el mismo pensamiento que había tenido su hermano muerto. Pero para entonces ya conocían su suerte, y practicaron una disciplina de pensamiento nueva para ellos.

"Descalza como siempre en sus desplazamientos por la tierra, Mujer Cría de Búfalo Blanco entró en la tienda, reflejando en su vestido de ante blanco la luminosa presencia de su espíritu... Sin pronunciar una palabra, caminó lentamente en círculo alrededor del fuego que ardía en el centro del tipi. Al posar sus pies dorados por el sol en la arena, cuantos la observaban advirtieron su devota reverencia por la tierra... Despacio y en silencio, dio siete vueltas en torno al fuego.

"Pocos la miraron a los ojos. Quienes osaban hacerlo, veían pozos de perfecta negrura. Tan grandes eran sus pupilas, que quienes se miraban en ellas veían, como en un espejo, su propio rostro y el fuego parpadeante de la asamblea. Y les parecía que se miraban a sí mismos, que se veían como eran en verdad, sin exagerar sus virtudes ni pasar por alto sus flaquezas, como eran, expuestos y desnudos. Había también quienes no miraban sus ojos, pues no podían hacerlo con honestidad.

"Aún antes de que despegara los labios para pronunciar palabra, había dado al pueblo sioux, la enseñanza más profunda que nunca había recibido con su porte y con su ejemplo. Cuando habló por fin, su voz le recordó la canción de las aguas que canturrean sobre las rocas, la música de los pájaros que cantan al sobrevolar los prados. Les recordó el susurro del viento nocturno entre los tipis y su silbido por entre las ramas de los pinos.

"-Siete veces -dijo-, he rodeado esta hoguera con veneración y en silencio. Este fuego simboliza el amor que arde por siempre en el corazón del Gran Espíritu. Es el fuego que calienta el corazón de toda cría de búfalo, de todo búfalo, de todo perro de la pradera, de toda prudente gallina, de toda águila y de todo ser humano. El pueblo de los sioux es como un único ser. Este tipi representa su cuerpo; el fuego que arde en el centro es su amor. Y el fuego del amor se expresa a veces mediante la sexualidad".

Estas y muchas otras bellas enseñanzas salieron de la boca de la mujer Búfalo Blanco, quien desenvolvió una hermosa pipa de piedra roja que traía envuelta en ramas de salvia. Mientras la sostenía ante ellos les dijo lo que significaba: "El cuenco de la pipa representa la carne y la sangre de la gente Búfalo y de todas las otras gentes que corren por las praderas. El tubo de madera de la pipa representa a todos los árboles y plantas, todas las cosas verdes que crecen sobre la Tierra; las plumas representan a las aves que vuelan en el cielo; el humo que pasa a través de ella representa al viento sagrado, el aliento que eleva las plegarias hacia Wakan Tanka". Les indicó a continuación como sostenerla y ofrecerla a la Tierra, al Cielo y a las Cuatro Direcciones y les dijo otras muchas cosas que no debían olvidar: "La Pipa Sagrada les enseñará el Buen Camino Rojo, el camino del respeto y la unión entre todos los seres que viven en la Madre Tierra, el camino de la oración y el de dar las Gracias por todos los dones que el Creador ha depositado para la vida. Cuando no tengan paz, cuando surja un problema en su nación, fumen esta pipa, pidiendo al creador ayuda y claridad para resolver vuestras inquietudes".


Junto con esta ceremonia de la pipa, la mujer Cría de Búfalo dejo otras siete, completando con ello las ceremonias de la nación Lakota, como las siete vueltas que dió alrededor del fuego: El Inipi o rito de purificación, el Hanblecheyapi o Búsqueda de la Visión, Wiwanyag wachipi o danza del Sol, Tapa wanka yap o Juego de la Pelota, la Custodia del alma, Hankapi o parentesco, y el Ishna ta awi cha lowan o Preparación de la muchacha para los deberes de la mujer.

Siete son los caminos, siete los rayos que se dibujan en las cenizas del fuego que nos hará nacer a una nueva vida, como en el mito caldeo de Ishtar.

Durante siglos, los pueblos nativos de América permanecieron en silencio, soportando la devastación a la que fueron sometidos por las naciones europeas y los propios habitantes de su país, insensibles ante cualquier estímulo espiritual. Fue la época de las "lágrimas", como la llamaron los abuelos, anunciada por las visiones de los profetas, pero también estaba anunciado que después de las lágrimas, los búfalos volverían a correr por las praderas y la pipa de la paz volvería a fumarse para el bien de todos los seres humanos.

Y así fue, pues el movimiento de los jóvenes rebeldes indígenas contra el gobierno auto-imperialista exigió, entre sus demandas de derechos, la práctica libre de todas sus formas religiosas. Y fue en Wounded Knee, a comienzos de los años steneta, encerrados en la iglesia del pueblo, donde hacía un siglo habían sido asesinados por los casacas azules niños, ancianos y jóvenes que no tuvieron la posibilidad de defenderse, que un grupo de jóvenes de las diferentes tribus indígenas de Norteamérica, a fuego cruzaco con las tropas del FBI, levantaron el árbol milenario de la danza del sol y encendieron el fuego sagrado de los antepasados para las presentes y las futuras generaciones.

Es así como han regresado las enseñanzas de la mujer Búfalo Blanco no sólo para las gentes indígenas sino para el mundo entero. ¿Y cuál es el sentido de estas tradiciones? Para los tiempos que estamos viviendo estas enseñanzas aportan un nivel de sanación para los padecimientos que sufre la humanidad actual: stress, angustia, miedos irracionales y todo tipo de padecimientos psicológicos y emocionales, amen del físico, somatizado por los mismos o por la ingesta de alimentos absolutamente alejados de su fuente natural.

La esencia de estas enseñanzas se basa en el concepto de que todos los seres, en todos los planos, animados e inanimados, plantas, rocas, espíritus, animales, humanos, etc., compartimos un mismo espacio sagrado que debemos cuidar y conservar, y que cualquier cosa que dañemos, nos daña a nosotros mismos. Si comprendemos que somos UNO y compartimos un TODO, entonces aprenderemos a interactuar respetándonos los unos a los otros. ¿Cómo podríamos viajar hacia otros universos si ni siquiera somos capaces de cuidar a nuestra Madre la Tierra?

Las enseñanzas de la mujer Búfalo nos acercan a la Tierra. Nos hacen comprender el misterio de la naturaleza y a conectarnos y comunicarnos con nuestros hermanos que cohabitan el planeta.
“Cada uno de nosotros es ecológicamente significativo. Nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas, que nos dan un sentido de identidad están basados en nuestras interacciones con la Tierra y con los demás. Si nuestras interacciones sociales, físicas, ambientales y espirituales se ven como círculos radiando hacia afuera desde cada individuo, todas se cruzan en el punto que llamamos el Ser. Y teniendo en cuenta que estos círculos surgen para tocar a la gente y a la Tierra que nos rodea, nuestro propio ambiente personal es parte de todas aquellas cosas. Cada una afecta a la otra, Debido a la inteligencia humana y a nuestra habilidad para alterar la Tierra y para reproducirnos en gran número, somos únicos en ser poderosamente determinantes del medio ambiente global. Nuestro planeta viviente es un sistema cerrado con recurso finitos que es todo lo que tenemos para apoyar la vida sobre la Tierra, nuestra casa que nos da todo, desde el agua que bebemos hasta la efímera belleza del rocío brillando como plata bajo los rayos del sol al amanecer”.

Los rituales que vino a enseñar la Mujer Búfalo Blanco nos ayudan a recuperar el sentido de ser habitantes de la Tierra con todas sus relaciones y no seres desconectados del verdadero sentido de la vida que es salud y felicidad, armonía y creatividad, voluntad y fuerza para salir adelante sean cuales sean las circunstancias que se nos presenten. El quedarnos varios días en la montaña sin beber agua y sin comer, en la soledad y en el silencio, conectándonos con los seres de la naturaleza que ahí habitan, recibiendo sus lecciones y sus enseñanzas, buscando la Visión que ilumine el sentido de nuestra existencia, que nos haga caminar por el mundo con paz y dignidad, con claridad y poder; el reunirnos en una noche de luna llena a dar gracias por la vida y ofrecer nuestro sudor en el Inipi Sagrado, que nos purifica y devuelve al contacto con los cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego, que están dentro y fuera de nosostros; el orar en silencio en la casa de sudar, las mujeres reunidas en círculo, bajo las sombras de la luna nueva, nos ayuda a comprender nuestra naturaleza propia de misterio, de oscuridad, de hijos e hijas de la Luna.

 




El reunirnos en círculo alrededor del fuego antiguo del tipi tomando la medicina sagrada del Abuelito Jikuri que penetra limpiando todo residuo de obscuridad, abriendo nuestros centros de energía y dándonos la claridad que necesitamos para comprender que todos somos hermanos habitando una misma casa, que no estamos solos, que podemos apoyarnos y ayudarnos y que lo único que tenemos que hacer para estar bien es seguir los mandatos de nuestro corazón y de nuestra intuición.

En este momento de cambio intenso y profundo por el que atraviesa nuestro planeta, cuando ha quedado comprobado que los viejos paradigmas de la sociedad capitalista-consumista-individualista no le ofrecen al ser humano una alternativa para su evolución y crecimiento, los antiguos rituales de algunos pueblos antiguos vienen a darnos la respuesta de como volver a relacionarnos con nuestra Tierra y con nosotros mismos de una manera armoniosa y respetuosa.

La Mujer Búfalo Blanco ha regresado como en los antiguos tiempos para ayudar al ser humano a tomar el Sagrado Camino Rojo del Corazón, el camino del amor por la Tierra de la que todos formamos parte y que ya no queremos seguir destruyendo.

 



0 comentarios