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El Golfo de México, la ecología social y la Madre Tierra

La "Ecología Social", la ciencia que explora las fases de la evolución humana, ha pasado por una sucesión de jerarquías y ha estado a menudo boicoteada por aquellos que tratan de reducir todas las fases del desarrollo humano a una simple visión unilateral, no globalizante.

Esta visión globalizante de la Ecología Social no implica una homogeneidad inmutable sino todo lo contrario, una dinámica unidad en la diversidad, ya que en la naturaleza el equilibrio y la armonía se alcanzan por una diferenciación siempre cambiante y una diversidad siempre en expansión.

La gran abundancia de seres y cosas diferenciadas incumbe a la Ecología Social. Explorar estas diferencias, examinar las fases e interfaces en su manera de hacer y el largo camino de la Humanidad; desde la animalidad hasta la sociedad, hace de la Ecología Social una de las más potentes disciplinas para dibujar nuestra crítica del presente orden social.

La Ecología Social no sólo posibilita la crítica de las relaciones naturaleza-humanidad, sino que nos muestra la necesidad de trascenderlas de manera radical.

La Ecología Social nos permite entrever como deberá ser manejado el mundo del futuro; no como una partida de ajedrez, sino como conducir el sensible timón de una barca. La Ecología Social puede ayudar a enseñarnos cuál es la manera de hallar la corriente y comprender la dirección de las aguas.

Esto tiene que ver con una ideología que denuncia los modernos sistemas de producción, distribución y promoción de bienes y de necesidades como algo que se hace de manera grosera, irracional y antiecológica.

Tiene que ver con el trabajo para definir un progreso que deje al ser humano la libertad de seleccionar sus necesidades de modo autónomo, asumiendo los medios para satisfacerlas. Tiene que ver con el objetivo de crear una sociedad en armonía con la naturaleza, en la que cada individuo sea capaz de participar directamente en la formulación de la política de cada día.

Tiene que ver con la libertad, que es algo más que ausencia de opresión, algo más que pluralismo ideológico y algo más que heterogeneidad de instituciones, pues entiendo la libertad como la plena realización de las potencialidades de la humanidad en su forma más creativa.

En cada época hay una visión del mundo generalmente aceptada, un patrón según el cual tanto el científico como el lego explican la realidad así como la perciben.

En cierta época estaba perfectamente claro que vivíamos en un mundo plano, que éramos el centro del universo y que el sol, las estrellas y los planetas giraban alrededor de nosotros. Algunos de ellos se comportaban demasiado correctamente, pero la imagen general era suficientemente clara. Teníamos un mundo que podíamos comprender y en el cual vivir.

Entonces, un grupo de heréticos pensadores, de quienes Copérnico es el símbolo, desarrolló un modelo totalmente nuevo. La Tierra era una esfera, giraba alrededor del Sol, una minúscula porción de una enorme galaxia que incluía los planetas y otros objetos celestes.

La gente debió confrontarse con la posibilidad de que el antiguo paradigma estuviese equivocado y que había una manera nueva de percibir el universo. Tuvieron que afrontar la posibilidad de cambiar de un paradigma a otro.

Una de las características de un cambio de paradigma es que es un fenómeno de todo o nada. Por lo tanto, no puedo creer parcialmente en la vieja noción del mundo y parcialmente en la nueva, porque son mutuamente incompatibles. Se debe optar. Debo optar.

Así fue que muchos continuaron viviendo en un mundo plano, burlándose de las nuevas concepciones. Pero los de mente más abierta, y los jóvenes, comenzaron a vivir el nuevo paradigma.

Este cambio en la noción del mundo varió no sólo su percepción de la cosmología, sino la de rol del ser humano en el Universo. Este hecho alteró la religión, la literatura, la poesía, el comercio, la filosofía; cambió la estructura de nuestra cultura.

Hoy, en diversas áreas, nos confrontamos no con uno sino con varios cambios de paradigma inevitables. Los antiguos modelos se han desvanecido y esto nos tiene inquietos e indecisos.

Si se potencializa al individuo, otorgándosele la libertad para elección autónoma, el resultado será un mayor aprendizaje, una mayor productividad, una mayor creatividad que las logradas mediante el ejercicio del poder sobre la persona.

La potencialización de las personas significa la puesta en acción de un proceso que podría revolucionar la familia, la escuela, las organizaciones, los estados, pues estaríamos ante otro cambio de paradigma.

Nuestra concepción de la persona se enfrenta a drásticos cambios. Tal persona posee potencialidades inimaginadas hasta ahora. Tal persona está logrando tanto una nueva conciencia de su fortaleza y poder, como el reconocimiento de que lo único constante en la vida es el proceso de cambio.

Todo indica que debemos percibir al individuo como una persona en constante transformación, una persona trascendente.

 



Este es un nuevo mundo hacia el que inevitablemente nos desplazamos. Un mundo en el que la realidad, según la hemos conocido, ha desaparecido; en el que la ciencia, según la hemos conocido, se ha tornado parte de una totalidad mucho más misteriosa y mística; en el que el individuo como máquina comprensible de músculos, nervios y cerebro, ha cedido su lugar a un misterioso ser con increíbles capacidades y en constante transformación.

Es de extrañar entonces que el problema del Golfo de México no pueda discutirse en foros alternativos y que la Madre Tierra no reciba una sola plegaria por "no meterse en política" como se está haciendo desde algunos sectores que se proclaman paganos.

 

 


Rito para la Madre Tierra:

 

Se quema Palo Santo en el altar y se entierran frutos dulces de estación. También puede enterrarse azúcar.

 

Plegaria (poema de "Hijos de Gaia")

 

 

¿Qué ves cuando miras mis ojos?
¿Ves acaso la libertad?
¿Ves el valor con que afrontar la vida?
¿Ves el miedo a perder?
¿Ves la esperanza nunca perdida
que late como un fuego eterno en mi corazón?
¿Ves la respuesta a tus preguntas,
la razón para seguir?
Acaso es la paz lo que en mí hallas,
mecido por un viento cálido que te envuelve,
el seno del que amor te brinda
y no te pide nada a cambio.
Ves en mí, quizás, lo que nunca muere,
lo que a pesar de transformarse,
en su esencia es siempre constante.
Soy la fuerza que te eleva,
lo que aguarda a tu alcance
cuando duele el corazón o te embarga la tristeza,
aquello a lo que acudes
cuando encuentras injusticia.
Lo perfecto, lo admirable,
terrible y poderosa, pero siempre reconfortante.
Me llamas madre y de mí te alimentas,
tú, el hijo que nunca se independiza,
el que no me abandona, aunque quiera,
y que a veces exige tanto que mi fe se desmorona.
Y entonces lloras, perdido,
cuando el huracán te abate,
cuando el trueno te ensordece,
cuando la tormenta te ahoga.
Recréate cuando luzca el sol,
disfruta con la suave lluvia
que revive los verdes campos
y hace sonar las alegres campanillas.
Regocíjate en mirar en mis ojos,
que hallarás siempre observándote,
pues yo lo soy todo.
Vive en mí,
conmigo,
pues yo te resguardaré de mi propia ira.
Aprende a comprender que ésta no es más
que mi forma de enseñarte a vivir tu vida.

 

 

Más información sobre el Golfo de México en:

 

http://pulsoverde.nrdc.org/derramedecrudo.html?gclid=CPmq2uaczaICFUNf2godLxRRxQ

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