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La letanía de Ra, segunda parte

 

Ya desde la tumba de Useramón, las representaciones adicionales complementan las figuras divinas. En esta, el visir colocó su propia figura al final de ambas secuencias, e incluso a su esposa y a otros miembros de la familia al final de la secuencia izquierda. En la tumba de Thutmose III, donde las dos secuencias recubren los dos pilares de la sala del sarcófago, el rey aparece representado a sí mismo junto con miembros femeninos de su familia, en los lados colindantes de los pilares. En Abidos, Ramsés II amplió la secuencia en su templo para incluir incluso a antepasados reales (sus padres y abuelo), así como a Ahmose, el fundador del Reino Nuevo. Sin embargo, como más tarde Merneptah en el Osireión, Ramsés II solo se presenta haciendo las ofrendas. Por primera vez en su versión, las figuras también contienen un pequeño disco del sol para indicar la presencia del dios dentro de ellas.

Por primera vez en la versión encontrada en la tumba de Sethy I, se insertó una ilustración adicional del "título" (figuras 85 y 87), entre el propio título del texto y la Gran Letanía. Las pinturas centrales representan a un escarabajo y a un dios con cabeza de carnero, ambos contenidos dentro de un disco. Encima están una serpiente y un antílope, y abajo un cocodrilo y otro antílope. Aunque estas ilustraciones resultan confusas, Juan C. Darnell sugiere que representan animales enviados por el dios contra sus enemigos, actuando así como guardianes. Sin embargo, Erik Hornung, quizás más correctamente, los ve como enemigos que huyen del dios.

Escena de apertura en la tumba de Sethy II (KV 15). El disco solar con escarabajo y hombre con cabeza de carnero
Escena de apertura en la tumba de Siptah (KV 47). Cocodrilo y antílope
Fotos: Francisco López

Una representación de la unión de Ra y de Osiris fue añadida en la tumba de Nefertari, pero se trata del capítulo 180 del Libro de los muertos , no de una imagen de la Letanía de Ra . Esta ilustración también aparece en las tumbas de algunos funcionarios reales de la XIX dinastía, así como en QV40, una tumba de una reina anónima, en el valle de las reinas .

Si bien las horas de la noche no forman parte de este libro, debe tenerse en cuenta que el número doce parece tener un significado especial en todas partes. La Letanía de Ra es una descripción y una alabanza del dios que desciende al Más Allá por la noche y se une a Osiris como gobernante de ese mundo y de los difuntos. Su tema es la vinculación directa del rey difunto con el dios Ra, y más concretamente con su ba, que es actualmente el de Osiris, y con el curso diario del sol. Ra, combinado con el ba de Osiris como un dios, despierta a los muertos a la vida renovada, además de cuidar a los bendecidos y castigar a los maldecidos.

Figuras 58, 50, 52, 54 y 56 
Tumba de Siptah (KV 47)
Foto: Francisco López

El anfitrión de figuras y funciones de este dios sol nocturno en la Gran Letanía abre el camino del Más Allá para los difuntos. Hay también un deseo de incluir al rey muerto en el curso del sol, y por tanto proveyéndole a él la renovación diaria. El rey difunto expresa este deseo como "Mi nacimiento es el nacimiento de Ra en el Occidente". La conexión con el curso solar es el motivo por el que el texto que acompaña la unión entre Ra y Osiris se incluye en la ilustración del Libro de los muertos con el encantamiento 109, donde el sol es llamado un "becerro recién nacido" en la tumba de Arinefer (TT290).

Como pájaro migratorio, Ra visita el Más Allá cada noche y, como todos los muertos, se convierte como le llaman en el texto a la conclusión de la Gran Letanía, en un habitante de la caverna . Luego, el difunto habla por primera vez, indicando que tiene un conocimiento completo de las formas de Ra, junto con sus nombres. Es él quien los implora para abrir el Más Allá para él y su Ba. Éste es un aspecto de la Letanía de Ra que lo distingue de los otros textos del Más Allá, porque en esas composiciones el difunto nunca habla, el diálogo se produce siempre entre el dios del sol y los habitantes del Más Allá. Después de la Gran Letanía , la segunda Letanía sigue con los habitantes del Más Allá, a los que se les ordena que preparen los caminos para los muertos, como ellos siguen a Ra, pasaje sólo interrumpido por una invocación al sol nocturno, "Quién brilla entre ésos del Más Allá ", la tercera letanía añade, " que puedas tú conducirme a las caminos del Occidente ".

 

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