En las montañas de la Madre Antigua
LA PACHAMAMA
En el pezón izquierdo de la noche
el cardón mama su cuota de cielo
y ella amasa estrellas de barro
para iluminar el sueño de los hombres.
Su condición de icono nativo
se erige con victoriosa gracia
sobre un catálogo foráneo de diablos y de ángeles
de invasora cosmosofía.
Ella conjuga en su boca mascadora
de verdecida coca
cada íntimo elemento que sustenta
el natural devenir del Universo.
Ella bendice con sus ojos negros
la mansa extensión de la quebrada
y sonríe con beatitud
ante la mano profana del hombre blanco
que no podrá rozar jamás
su inalterable vocación de primavera.
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