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Vara mágica

 

La varita puede tener las mismas dimensiones que la distancia del codo a la punta del dedo del corazón del su dueño, pero la longitud la suele hacer muy larga para transportar, por lo que se aconseja una más corta.
Una vez que el brujo ha obtenido la rama del árbol que le guste, usa el bollín para cortar todos los nudos de su superficie y luego la pule con papel de lija.
Algunos brujos escriben su nombre en runas en la varita con el bolín o lo trazan con tinta plateada.
A menudo la punta de la varita es pintada con tinta plateada para determinar cual lado esta cargado con la sangre del brujo.
Después de terminada la varita es consagrada en los 4 elementos.
Para hacer esto el brujo la coloca sobre sal (elemento tierra), luego la pasa por la llama de una vela (elemento fuego), la asperja con agua de sal (elemento agua) y la pasa por humo de incienso (elemento aire). Luego la consagra con aceite consagrado, con vino, y con tres bocanadas de aire en nombre de Aradia y de Cernunnos.
La varita mágica se usa para invocar y subyugar ciertos espíritus, generalmente benéficos, que no pueden ser invocados con el Athame o la espada mágica.
También se usa para “bajar” energías cósmicas cuando el brujo esta llevando a cabo ciertos rituales o magias.

 

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